


El camino hacia la grajera es el recorrido que más he pateado en mis años corriendo. Coincide con un tramo del camino de Santiago así que siempre te encuentras con algún peregrino en cualquier estación del año. Es curioso verlos caminar cada uno de un sitio diferente. Creo que habré visto de unas 20 nacionalidades o más; algunos te sonríen, otros te saludan, otros te preguntan...
Es un camino en el que siempre hay tránsito de personas: otros corredores, ciclistas, gente de Logroño que pasea, amos con sus perros... Lo cierto es que me gusta correr por allí. Tiene un repecho durillo de unos 200 metros justo cuando se llega al pantano en donde me gusta apretar para probarme cómo me encuentro. Hoy estaba un poco desangelado por el frío que hacía pero sé que pronto volverá a ser el camino bullicioso de siempre. Adjunto unas fotos, no son mías (como la mayoría de las que cuelgo); cuando mejore el tiempo prometo sacar fotos de todos los recorridos para apreciar la belleza del paisaje en donde corro.
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