Esta historia sucedió en los Juegos Olímpicos de México 68 en la carrera de maratón. Un atleta de Tanzania llamado John Stephen Ahkwari llegó a la meta de noche cuando casi no quedaba gente en el estadio. Se cayó durante la carrera haciéndose varios cortes y dislocándose la rodilla. Pero no se retiró, se vendó él mismo la rodilla y continuó corriendo cojo hasta que pudo llegar más de una hora después que llegara Mamo Wolde.
Cuando los periodistas le dijeron que por qué no se había retirado él contesto: "Mi país no me envió a Ciudad de México para iniciar la carrera. Me mandaron a terminar".
En la actualidad trabaja en una asociación que lleva su nombre ayudando a la formación de atletas de su país.
Es una historia muy bonita de valentía, coraje y superación y nos enseña que si quieres, puedes:
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